domingo, 15 de junio de 2008

Crecen las villas paralelas a las vías

Fuente: La nación
Fecha: 14-2-2007

La crisis habitacional en la ciudad: un problema del que nadie se hace responsable. Unas 20.000 personas viven en asentamientos formados en terrenos fiscales, vecinos al ferrocarril

Poco antes de que el tren llegue a la estación La Paternal de la línea San Martín, un grupo de chicos acarrea baldes con agua hasta una bañadera instalada a metros de las vías. La convirtieron en pileta y juegan en ella, ajenos a los miles de ojos que los miran desde el tren. La frecuencia los hizo mutuamente invisibles. La mayoría de los pasajeros se acostumbró al panorama y los chicos se habituaron a convivir con ese gigante metálico que les pasa tan de cerca.

Viven, literalmente, en tierra de nadie. Como ellos, hay unas 20.000 personas que habitan en terrenos que, si bien están en la ciudad, no pertenecen a la ciudad. Están en un determinado barrio, pero no pertenecen a ese barrio, y la policía y los funcionarios porteños reconocen no tener autoridad sobre ellos. Es decir que sobreviven en tierra de nadie y en la órbita de nadie. Por si fuera poco, el gobierno porteño no las cuenta en su mapa de villas.

Son villas paralelas. Asentamientos que crecen de manera incontrolada a la vera de los ferrocarriles porteños, en terrenos fiscales declarados no aptos para vivienda, que tras la privatización del servicio quedaron en manos del Organismo Nacional Administrador de Bienes del Estado (Onabe)."No hay ninguna política integral para estos asentamientos, ni de la ciudad ni nuestra.Estamos trabajando en el tema", asegura Fernando Suárez, su director. Pero reconoce: "Es cierto, hasta ahora sin resultados visibles".

En agosto último, un informe de la Defensoría del Pueblo señalaba que había unos 24 nuevos asentamientos en terrenos ferroviarios, bajo autopistas y fábricas abandonadas. Hoy ya tiene registrados 30. Y los vecinos advierten que en zonas en las que había unas pocas familias, hoy hay más de mil metros de casillas.

Para comprobarlo no hace falta más que ser usuario del ferrocarril. Y abordar el tren, por ejemplo, en la estación Villa del Parque, de la línea San Martín. Luego de un breve recorrido por casas de estilo inglés, a la altura del puente de la avenida San Martín aparece el primer asentamiento. Desde allí, las ventanillas sólo mostrarán viviendas levantadas con palos, toldos, lonas, bolsas, edificaciones de madera y decenas de carros de cartoneros.

"Antes había unos 70 metros. Ahora son más de 1500 metros de asentamiento. Y es un gran peligro, sobre todo porque muchos son cartoneros y acopian material inflamable", denuncia la vecina Analía Brienzo.

Hay unos 150 metros libres hasta la próxima villa, que concluye a pasos de la estación La Paternal. Antes de llegar a Chacarita hay dos asentamientos más. En el primero, a la altura de la calle Warnes, hay casillas que funcionan como pequeños desarmaderos. A metros de las vías hay carrocerías para desguazar y decenas de puertas de coches encastradas como fichas de un juguete multicolor.

La siguiente villa paralela está detrás de un estadio. También desde el tren se ven los fondos de varias casas tomadas. Poco antes de la estación Palermo, hay sogas con ropa colgada que salen de un depósito ferroviario que tiene las siglas SGH. La cantidad y el tipo de ropa hacen pensar que varias familias con chicos viven allí.

Antes de terminar el recorrido, aparecen dos asentamientos más. Al que está detrás de Paseo Alcorta lo llaman "Villa La Angostura", porque está en el estrecho espacio que hay entre las vías del ferrocarril San Martín y las del Mitre. "Eran pocas familias, ahora son muchas. Permanentemente recibimos quejas, aunque no tenemos poder para desalojar", explicó Gustavo Gago, vocero de TBA, que opera la línea Mitre e intregra Ugofe, la administradora de la línea San Martín.

Reclamos ante nadie

En la empresa existe un expediente con los reclamos de los vecinos y con los informes que se cursaron a las autoridades. "La preocupación crece. Hace un mes hubo un incendio en ´Villa La Angostura . Se quemaron varias casillas", informa Gago.

En el expediente figuran reclamos, cartas a funcionarios y hasta recursos de amparo. No obstante, cuando LA NACION consultó a las autoridades porteñas, desde la Subsecretaría de Derechos Humanos, a cargo de Gabriela Cerrutti, se informó que la Ciudad no tenía previsto ningún plan para esta gente, "más allá de asistencia puntual en casos de necesidad", se explicó. El argumento fue que no son terrenos de la ciudad. Tampoco en el intervenido Instituto de la Vivienda. "No son asentamientos urbanizables", se dijo.

Emprender el regreso por el ramal José León Suárez, de la línea Mitre, no ofrece otro panorama. Una vez superadas la villa 31 y "Villa La Angostura" el siguiente asentamiento está en Villa Pueyredón. De un lado de la vía, se instaló la cooperativa de cartoneros El Alamo. En el alambrado hay una bandera que proclama "Basura cero, ya". No podría haber peor epígrafe para esa foto. Los carros de los cartoneros hacen desbordar de desperdicios el predio. En la mano de enfrente de la vía, unas 50 familias tomaron un viejo lavadero de autos, en terrenos ferroviarios, que se convirtió en una toldería en la que no hay luz ni cloacas. Es gente que llegó desde Zárate, a cartonear, pero después se quedó a vivir.

La escena se repite en la estación Caballito, de la línea Sarmiento; en la estación Sola, de la línea Roca, como en tantos otros terrenos linderos a las vías. Allí, a la vera de la vida, la población de las villas paralelas continúa su crecimiento.

Por Evangelina Himitian
De la Redacción de LA NACION

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por favor eliminen esa futura villa miseria en el barrio tradicional de caballito , no dejemos que los inmorales nos alcanzen